El capítulo introductorio y el final funcionan como marco de veintiséis capítulos que nos cuentan anécdotas que el Tíodeloscaminos les cuenta a sus sobrinos, Lucas y Naíta. Ellos escuchan muy interesados, porque los personajes de esas historias... ¡ son ellos mismos! A partir de situaciones familiares, pero narradas con la mirada extrañada de este personaje-tío, situaciones de la vida cotidiana de estos niños se convierten en una fuente inagotable de poesía, sorpresa y risa. Prosa que enternece, entretiene e invita a mirar la propia vida con ojos poéticos. Como ocurre en toda novela, hay una transformación de los personajes. Al comienzo son más pequeños. A medida que avanzamos, los temas centrales se hacen más complejos y delicados. Los diálogos se hacen más intensos, pero nunca termina de develarse el misterio que rodea a este personaje contador de historias, que así como llega misteriosamente al comienzo, se retira flotando en la misma atmósfera de encantamiento en el capítulo final.