DE LA VIGÜELA AL FUEYE. Las expresiones culturales argentinas que conducen al tango


De la vigüela al fueye es un logos de genuina tangología vertebrado con amor, sabiduría, generosidad y erudición. La bella y diáfana arquitectura demostrativa que le han dado sus autores no se empaña ni se embrolla con el indispensable almacén de detalles que son la otra parte del saber que cabe en sus páginas.
Aunando con cariño la vida fraterna de los uruguayos con Bartolome Hidalgo - «portevideano» como yo - encabezando los siempre compartidos sones y sabores de vihuela, fueye, mate, poncho, vidalita, ahijunas y ches, canyengues, silbidos, tamboriles, goles, ponchos, humores y genialidades de las dos orillas, Natalio Etchegaray, Roberto Luis Martínez y Alejandro Molinari encolumnan sin exclusión todos y cada uno de los afluentes de cultura y arte que desembocan en el Tango. Y ratifican a Borges poeta como coreándole aquello de que «el sabor de lo oriental con estas palabras pinto: / es el sabor de lo que es igual... y un poco distinto».
Finalmente he aquí, en este libro, el retrato fiel de esa correntada imparable y soberbia nacida de una asamblea nacional de corazones — también los de «la oposición» — en la que se revuelven tintas y sudores, alcoholes y aguaceros, lágrimas y Iodos, saliva, sangre hirviente y santos óleos para hacer, en la intimidad austral del poema de América, la pócima inventada que ilumina precisamente allí donde no hay más que noche cerrada y fango pecador, a la flor de la excelencia para ofrecerla al desafío y al disfrute universales.
HORACIO FERRER - Buenos Aires, era 24 de setiembre de 1999
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