El granizo contra la sangre. El chamanismo católico de los otomíes del centro de México
Para sobrevivir, los otomíes precisan capturar y devorar a sus enemigos, quienes a su vez pretenden capturarlos y devorarlos: Cristo, la virgen y los santos, los curas católicos y pastores evangélicos, las políticas del Estado y los funcionarios que ejecutan las imposiciones del progreso capitalista expresado en el extractivismo territorial de una de las zonas metropolitanas más densamente pobladas de América Latina. En este juego de predaciones, el cuerpo juega un papel especialmente relevante.
Esos enemigos, denominados mbœhe, son blancos y mestizos, extranjeros, ancestros, dioses y difuntos, animales y otras entidades predatorias de carácter funesto y nocturno. Para atajar su avance, los otomíes han desplegado un poderoso sistema de “cercos rituales” desde donde incorporan a sus enemigos, los seres del mundo-otro, mediante el establecimiento de parentescos que refuerzan relaciones de alianza y afinidad.
En este libro se detallan las múltiples formas en las que ambos mundos (otomí/mbœhe) negocian su coexistencia mediante pactos de mutua devoración, con un marcado acento cosmopolítico. Se describe en sus páginas el chamanismo católico otomí, el cual postula que la conversión de las almas indígenas exigió convertirse también en el mismo cuerpo de Cristo. Este vive, capturado, tanto en el cuerpo de sus mēfi (que son sus “trabajadores”, elegidos mediante el rayo y la enfermedad y con quienes establece alianzas de carácter conyugal), como en el territorio que estos defienden con empeño.
Carlos Arturo Hernández Dávila es Licenciado en etnología por la ENAH, maestro y doctor en antropología social por la misma institución. Es profesor en la ENAH y en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Su investigación se ha centrado en el cristianismo indígena en diversas regiones de México y Guatemala. También ha realizado investigaciones sobre la migración centroamericana.
      
  Esos enemigos, denominados mbœhe, son blancos y mestizos, extranjeros, ancestros, dioses y difuntos, animales y otras entidades predatorias de carácter funesto y nocturno. Para atajar su avance, los otomíes han desplegado un poderoso sistema de “cercos rituales” desde donde incorporan a sus enemigos, los seres del mundo-otro, mediante el establecimiento de parentescos que refuerzan relaciones de alianza y afinidad.
En este libro se detallan las múltiples formas en las que ambos mundos (otomí/mbœhe) negocian su coexistencia mediante pactos de mutua devoración, con un marcado acento cosmopolítico. Se describe en sus páginas el chamanismo católico otomí, el cual postula que la conversión de las almas indígenas exigió convertirse también en el mismo cuerpo de Cristo. Este vive, capturado, tanto en el cuerpo de sus mēfi (que son sus “trabajadores”, elegidos mediante el rayo y la enfermedad y con quienes establece alianzas de carácter conyugal), como en el territorio que estos defienden con empeño.
Carlos Arturo Hernández Dávila es Licenciado en etnología por la ENAH, maestro y doctor en antropología social por la misma institución. Es profesor en la ENAH y en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Su investigación se ha centrado en el cristianismo indígena en diversas regiones de México y Guatemala. También ha realizado investigaciones sobre la migración centroamericana.
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