La senda de Mandelbrot

La senda de Mandelbrot

Sobre el capítulo final de “El viaje del Beagle”, Darwin anotaba: “Al evocar imágenes del pasado, frecuentemente cruzan ante mis ojos las planicies de la Patagonia, ¿por qué esas áridas extensiones se han aferrado a mi memoria con tanta firmeza? No logro analizar esos sentimientos, pero se deben en alguna medida al campo libre que le da a la imaginación.” Hay, en los tres relatos que componen La Senda de Mandelbrot, una constante sensación de intemperie, de infinita estepa, de algo antiguo y quieto, aunque no muerto. El paisaje Patagónico (siempre presente) es ahora cruzado por sucesos de índole cuántico, personajes con profundas búsquedas metafísicas y momentos que podríamos catalogar como terror folk. Antiguas religiones paganas, eventos cósmicos y entramados espacio-temporales se dan cita, aunque siempre bajo el vasto manto de una austera lejanía. Un extraño y buen regreso de la literatura naturalista.

Novedades en Editoriales Libro%

Motivos

Motivos es el único libro en prosa de José María Eguren. Es una recopilación...

Cuadernos de Vorónezh

Este libro es un milagro, y también el último escrito por Ósip Mandelstam, uno de los...

Nomadismo por mi país

Nomadismo por mi país es el diario de los talleres de poesía de Cecilia Pavón...

Presentación de Rodolfo Fogwill. Una monografía

Presentación de Rodolfo Fogwill. Una monografía es un enorme trabajo crítico...