Los Fieles
El tiempo es un asesino perfecto. Pablo Daponte ve pasar, en la “cueva” de Epecuén, clientes y electrodomésticos. Su “control de calidad” se ha convertido en sabotaje. Su presente es, en gran medida, poética de objetos perdidos. Su hermano Fabián “tiene todo perdonado”, nació o quedó así con el tiempo. Estar con Violeta es como estar frente a su propio cuerpo. Los cigarrillos Derby ya no se consiguen y parecen, lo mismo que la renguera, metáfora de tantas cosas dañadas.
Fernando Chulak consigue, vaya maestría, que Pablo narre con gracia y dolor, con la gracia y el dolor de una canción de Karen Dalton; es como un diario íntimo que avanza y retrocede, mientras su madre encoge año tras año. ¿Ha llegado el turno de la última cena de los Daponte? Las madres logran que uno escuche lo que piensan… y lo que piensa la madre de Pablo se parece a un pacto suicida.
Eduardo Berti
Novedades en Editoriales Libro%
101 Argumentos contra la izquierda: Política, economía, cultura, educación, entretenimiento, historia
El debate político nunca ha sido tan dinámico como lo es en la actualidad. Parte de...
La construcción del milagro: El caso Argentino
Quien lea estas páginas encontrará fundamentos a cada una de las decisiones que el...
Primero yo, después te quiero
GRETTA quiere dejar de complicarse la vida.
Ya es una mujer,...
Javier Milei for Export: Cómo derrotar al populismo paso a paso
No estás frente a otro libro político. Estás frente a una advertencia. Y también...