"Como afirma el subtítulo del presente libro, el llamado “Apocalipsis de Juan”, ubicado al final de canon del Nuevo Testamento y de las Biblias cristianas, ha provocado serias dificultades en sus lectores, pasando por interpretaciones descabelladas, hasta el punto de provocar temor y espanto. No podemos negar que ciertas imágenes que surgen del libro pueden despertar cierto morbo en los lectores que realizan una lectura superficial, entendiendo “morbo” como el “atractivo que despierta una cosa que puede resultar desagradable, cruel, o que va en contra de la moral establecida”: imágenes de dragones con siete cabezas y diez cuernos (Ap 12,3), bestias que salen del mar y de la tierra (Ap 13, 1.11), cuatro jinetes de colores con tareas amenazantes (Ap 6, 1-8) o trescientos kilómetros inundados de un metro y medio de sangre (Ap 14, 20).

Este tipo de imágenes ha provocado dos tipos de extremos entre los lectores del libro de Apocalipsis: 

• Por un lado, los que sufren “Apocaliptiditis”, es decir, aquellos que cada mañana leen un fragmento de este libro, que son fanáticos de su lectura, que leen las noticias cada día intentando encontrar vínculos entre lo que leen y escuchan en los medios y cada detalle del Apocalipsis, y que a cada acontecimiento lo relacionan con un posible “cumplimiento de la profecía” (habrá que entender qué comprenden como “profecía”).

• Por otro lado, están aquellos que sufren de “Apocaliptifobia”, es decir, aquellos que prefieren leer cualquier otro libro de la Biblia menos el Apocalipsis, ya sea porque no lo entienden (tal vez porque nunca se lo explicaron correctamente) o porque las imágenes descriptas más arriba han generado en ellos pesadillas, miedos o concepciones desfiguradas del Dios que se revela en la Biblia, aparentemente incompatibles con el Jesús que conocemos mediante la lectura de los evangelios. Pero más allá de toda broma (por si acaso, aclaro que lo que describí en el párrafo anterior apela a ponerle un poco de humor al asunto), lo cierto es que el libro de Apocalipsis tiene un lugar central en el Nuevo Testamento como cierre del canon cristiano, pero también como cierre de todo el texto bíblico. Es importante que, como cristianos, hagamos el esfuerzo de comprender su mensaje, que es Palabra de Dios para aquellos que nos acercamos a la Biblia desde la fe. 

El propósito de este libro es adentrarnos en el poco conocido mundo de la apocalíptica y el Apocalipsis (ya veremos la diferencia), deteniéndonos en algunos aspectos centrales para una mejor comprensión,
ubicando el surgimiento del Apocalipsis de Juan en sus coordenadas espacio-temporales, ya que su sentido está profundamente relacionado con esa situación original que lo vio nacer. Por último, propondremos una lectura exegético-pastoral de algunos pasajes representativos del libro que, sin buscar ser un “comentario” del Apocalipsis, intentará dar algunas claves de lectura del libro para ser leído en tiempos de crisis. 

Por último, quisiera agradecer a aquellos que me han acompañado en este proceso: en primer lugar, a Dios, quien me ha enseñado mucho a lo largo del difícil año 2020, a mi esposa Celeste, mi fiel compañera en cada aventura, mi sostén en tiempos difíciles y mi gran amor. A Viviana Barrón y Jorge Olivares por siempre alentarme a más. A mi amigo Edgar Amado Toledo, por su generosidad y amistad de siempre y por aportarme correcciones útiles al texto. Y a la editorial Guadalupe, por aceptar la propuesta de publicación de este libro, que espero sea de ayuda y bendición para los lectores."

Pablo Vernola.