DAGO: La espada de los tiempos


Una espada curva, más precisamente una cimitarra, atraviesa los tiempos y toda distancia para cumplir un designio. Su viaje comienza a partir de una promesa hecha por Dago. ¿Basta una simple promesa para no abandonar el propósito a pesar de tantos peligros, de la posibilidad de perder la vida? Para Dago, incluso, sobra. Sus parámetros para evaluar la relación costo-beneficio no pasan por medir si lo prometido justifica el nivel de riesgo, sino por creer que tiene sentido hacerlo. Y lo tiene sin dudas, porque esa promesa fue hecha a un amigo. No queda lugar para sopesar, medir, evaluar: la amistad no pertenece al pequeño ámbito de los cálculos y las tasaciones. Un gran amor puede morir fácilmente, el odio puede cesar con solo decidir que así sea. La amistad es un valor a larguísimo plazo, exigente y generoso como ningún otro.
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