Lucy Maud Montgomery creó a una de las representantes más conocidas de la niñez canadiense en Ana la de Tejas Verdes y todos los libros posteriores, pero Emily estaba más cerca de su propio corazón. Al igual que Ana, Emily es una niña de mente fuerte, inteligente e imaginativa que se queda sola y desprotegida en un mundo duro, en el que es recibida por adultos que, al menos inicialmente, son fríos y no le demuestran amor. Las dos niñas crecen en medio de las bellezas de la Isla del Príncipe Eduardo, ambas muy sensibles a los esplendores naturales y muy fantasiosas. Los hilos gemelos de luz y oscuridad, amor y crueldad, esperanza y desesperación se entrelazan en un patrón tan significativo como duradero.

En esta serie, Emily crece desde la niñez hasta la edad adulta a lo largo de los tres libros. Una novela fascinante de la época que sigue siendo una lectura interesante y entretenida en la actualidad.