El inmortal futuro


Saint-Pol-Roux participó de muy joven en el mejor simbolismo. Fue legítimo delfín de Stéphane Mallarmé o de Guillaume Apollinaire, y un ícono viviente para los surrealistas. Intentó aislarse del mundo, pero se vio convertido en víctima emblemática del nazismo. Sin embargo, Saint-Pol-Roux el Magnífico (1861-1940) hoy parece olvidado hasta en Francia. Solo le fue totalmente fiel Bretaña, su tierra de adopción, donde se lo siguió publicado ininterrumpidamente. No sin tener sentido. Mediterráneo nacido en Marsella, hijo del sol y el Mediodía, pasó por París sin que lograra seducirlo: buscaba los rincones más aislados hasta afincarse bien al norte, en el Finisterre bretón, frente al mar bravo y entre brumas celtas, donde todo había de cumplirse como él merecía, con humilde honradez y dignidad probada.
Con esta edición biblingüe, seleccionada, traducida y con prólogo de Rodolfo Alonso, Eduvim busca acercar a los lectores la obra de una voz fundamental de la poesía moderna.
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