Más micromonólogos


Cada una de estas piezas ha sido resultado de un proceso más o menos parecido: un primer esbozo surgido de improvisaciones, sucesivamente amasado luego en ensayos y reescrituras, que llega finalmente a mis manos para su dramaturgia final. En algunos casos mi trabajo en ellos fue de puro pulido: enriquecer su imaginario y lenguaje, unificarle estilo, condensar y organizar su estructura. En otros hizo falta meter algo más de mano: desarrollarlo, revelar sentidos, o reescribirlo sobre la idea original. He trabajado no obstante sobre cada uno con el mismo amor y el mismo odio con el que trabajo a los míos. Una experiencia gozosa y gimnástica que repito desde hace muchos años: sentarme resignadamente tras la cena durante los meses de cursada con una copa del tinto que me gusta a jugar con ellos, ir viendo cómo el cansancio deja pasar al entusiasmo, y terminar cada noche igual: en ese no horario, en ese tiempo abolido que es condición cantada siempre de la creación fértil. Mauricio Kartun
Novedades en Editoriales Libro%
La vida, la novela y el amor
La novela es un amor a primera vista entre algo que nos llamó la atención hace dos...
Tiempo de hablar y escuchar
La palabra nace antes que nosotros. Nos antecede y nos acompaña, pero no basta con...
Una película es todo el cine
Los amantes, dice John Berger, plantean una tregua frente al dolor del mundo....
Raúl
Abrir la puerta para salir a jugar. ¿Se acuerdan de cuando éramos chicos? Hacerse...