No hacer otra cosa que ser feliz


A medio camino entre el diario conyugal y el bestiario sentimental, No hacer otra cosa que ser feliz nos deja espiar en sus páginas una colección de instantes íntimos, por momento mundanos, de una serie de singulares parejas: algunas simbióticas, otras dispares, muchas improbables, todas únicas. Una obra inclasificable que convoca retratos animales pero evoca cuestiones profundamente humanas: el amor, la palabra, el prodigio de encontrarse.
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