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LAS DIURNAS

ÉRAMOS MUJERES ANTES DE QUE NOS CONVIRTIESEN EN BRUJAS, PERO YA NADIE SE ACUERDA. Londres, 1662 Lawrence Skoefield, un joven acechado por una misteriosa enfermedad, comienza a trabajar como aprendiz de encuadernador bajo la tutela del solitario y arisco John Advent, quien insiste en una serie de normas de obligado cumplimiento: cerrar puertas y postigos mientras brille el sol y jamás permitir que entre nadie en la biblioteca. Cuando dos mujeres son condenadas por brujería en el condado de Suffolk y el maestro Advent recibe un encargo que lo obliga a viajar, la casa se despierta, hambrienta de

El silencio de los limoneros | Susana Biset

¿Qué había originado su tristeza?
Se dio cuenta, entonces, de que esa noche hacía justo un año que su padre la había violentado.
Se incorporó, apretó las piernas contra el pecho y el llanto brotó incontenible. Como tantas otras veces, un sordo aullido brotó de su boca.

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