En el cine de Raúl Beceyro las imágenes suponen una mirada y las miradas, un pensamiento. En ese cruce, se suma a un extraño grupo de directores que combinan la reflexión con la realización. Diría Jean-Luc Godard: «El arte al mismo tiempo que la teoría del arte, la belleza al mismo tiempo que el secreto de la belleza, el cine al mismo tiempo que la explicación del cine».

Son cincuenta años de trabajo consagrados a una idea sencilla y potente: el cine es arte y el documental es cine. La dirección de un taller donde se aprende cine haciéndolo –un espacio que recoge lo mejor de la experiencia del célebre Instituto de Cinematografía–, dieciocho films, una decena de libros y otros tantos ensayos son prueba de esta labor.

La mirada reflexiva apunta al mundo –donde relumbran Lindsay Anderson, la escuela documentalista canadiense, Pennebaker, Depardon, Wiseman, Cassavetes, Kiarostami, Iosseliani, Jean-Louis Comolli–, pero la cámara no sale de sus alrededores más cercanos. Como advierte David Oubiña, responsable de este volumen, la clave del cine de Beceyro debe buscarse en su región, el Litoral, Santa Fe: «Señalar con las imágenes: un cine deíctico, un cine del aquí, un cine de la zona». En ese aquí encuentra sus habitantes, sus calles, sus artistas, sus políticos, sus iglesias, sus fiestas. Y siempre un fuego que prepara la celebración y nos ilumina.

Cine y región presenta una antología de ensayos, proyectos y guiones de Beceyro, acompañada –de manera especial en 3 DVD– por una selección de películas que ponen en escena las convicciones y obsesiones de su particular mirada: La casa de al lado, Reverendo, Guadalupe, Jazz, Domingo 24 de octubre, Candidato, 2007, Raúl Alfonsín en Santa Fe, Miradas sobre Santa Fe y Rafaela.