Mi mujer se fue a jugar al fútbol
“Mi mujer se fue a jugar al fútbol” no es un libro machista... tampoco es un libro feminista. “Mi mujer se fue a jugar al fútbol” no es un libro de fútbol... aunque el fútbol está presente en varias de las crónicas que contiene. En “Mi mujer se fue a jugar al fútbol” hay historias de mujeres inalcanzables y de hombres que se empeñan en tropezar varias veces con las mismas piedras. Hay aviones que parten hacia lugares lejanos y trenes que regresan de ciudades inundadas de soledades. Hay hijos que piensan que las mejores madres eran las de antes y padres bastante pelotudos. Hay encuentros y desencuentros. “Mi mujer se fue a jugar al fútbol” es un empecinado intento de dejar, para siempre, la equivocada convicción de que solo hay dos posibilidades. Boca o Ríver. Mediaslunas de manteca o de grasa. Blancos o Negros. Las crónicas que contiene este libro no pretenden convencer a nadie de nada. Los relatos que incluye “Mi mujer se fue a jugar al fútbol” te van a robar alguna sonrisa. Capaz alguno te emocione. Otro, seguramente, te haga enojar, porque con algo no vas a estar de acuerdo. Pero todos, de una u otra forma, pretenden invitarnos a dejar de lado, de una buena vez, las falsas encrucijadas donde siempre quedamos entrampados.
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