Un día


No me va a importar que me pongan en penitencia.
Un día, mi papá no va a poder dejarme sin postre, ni siquiera cuando me haya portado mal. Porque cocinaré los postres yo mismo: voy a ser un pastelero famoso.
Y no me va a importar que mi mamá no me cuente un cuento antes de dormir. Porque un día aprenderé a leer. Voy a entender todas las palabras, hasta las más complicadas como “metamorfosis” y “fantasmagoría”. Ah, y por si queda alguna duda, voy a ser yo el que escriba los libros.
Novedades en Editoriales Libro%
La vida, la novela y el amor
La novela es un amor a primera vista entre algo que nos llamó la atención hace dos...
Tiempo de hablar y escuchar
La palabra nace antes que nosotros. Nos antecede y nos acompaña, pero no basta con...
Una película es todo el cine
Los amantes, dice John Berger, plantean una tregua frente al dolor del mundo....
Raúl
Abrir la puerta para salir a jugar. ¿Se acuerdan de cuando éramos chicos? Hacerse...