Don Enojo hace a su antojo


Mauro, siempre está enojado, más que enojado. Furioso. Todo le resulta poco atractivo, nada le gusta, nada lo satisface, nunca se ríe, no tiene amigos. La expresión de su cara, día a día se va transformando, cada vez se va pareciendo más a la de Don Enojo, como una sombra o un amigo inseparable. Una situación especial, una pregunta sin respuesta, y de pronto la imagen de su rostro reflejada en una ventana, hará que no se reconozca, que no se guste. Y se llenará de angustia. ¿Qué hará Mauro para deshacerse de Don Enojo y empezar a disfrutar la vida?
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