Bajo las luces del cabaret y el embrujo del tango, una historia en la que cada compás revela un secreto y cada paso marca un destino.

En la atmósfera melancólica y vibrante de los años treinta, en la que los acordes del tango entrelazan los destinos de quienes se atreven a soñar, una joven cantante y un comisario se enfrentan a sus propios fantasmas mientras buscan la verdad detrás de un asesinato que sacude a la ciudad.

Escribí este libro con la intención de que se enamoren del vino como un día me enamoré yo. Lo escribí para que cuando les ofrezcan una copa nunca más digan no sé nada sobre vinos. 
Chin Chin está pensado para dejar atrás los prejuicios y para que se olviden de las palabras difíciles y los puntajes. No sé quién tuvo la mala idea de hacernos creer que había que conocer términos complejos para disfrutar una copa de vino. Nunca más tengan miedo de probar, de hablar de lo que les gusta o de lo que no. El vino es algo demasiado maravilloso como para asociarlo con el miedo. 

Estoy de regreso, sí, pero el hombre que una vez fui quedó enterrado en las trincheras. Aquí, en la quietud de la campiña, todo parece inmóvil, pero sé que las sombras del pasado nunca desaparecen del todo. Y algunas, incluso en la paz, aún acechan.

Un enigma envuelto en la bruma de la Londres victoriana, la Reina de Diamantes desafía a Scotland Yard en un duelo de ingenio en el que la verdad es tan valiosa como un diamante robado.

En las sombras de la aristocracia, donde el lujo oculta los secretos más peligrosos, una figura enigmática desafía a Scotland Yard. La prensa la ha bautizado “La Reina de Diamantes”, un espectro imposible de atrapar, un fantasma que deja tras de sí el eco de su risa y un naipe como única firma.

Una mujer muerta, un misterio sin resolver y una vecina que ha visto más de lo que debía.

Si hubiera sido un accidente y ella hubiera derribado el vajillero sobre sí misma, habría sido encontrada con los pies apuntando hacia la pared donde estaba el mueble. Pero sus pies apuntaban hacia la puerta.

En astrología, el ascendente es uno de los signos más importantes para una persona (junto con el signo solar y el lunar). El signo que estaba sobre el horizonte en el horario y el lugar geográfico cuando nacimos, esa porción del cielo (asociada a una constelación) que se elevaba, que ascendía, es nuestro ascendente. Y por lo tanto se relaciona exactamente con eso: con nuestro horizonte a transitar.

Serena - El día que la ola roja explotó - Mariana Leccese

Formato: 17 x 24 cms - 64 págs a todo color - #MisEmociones

La pastelería de Caro es la mezcla justa de tentación y perfección. No es fácil ese equilibrio, pero ella lo logra siempre. Además de esto, es una mujer inspiradora, luchadora y perseverante. Estoy segura de que algo de ese espíritu se filtra en sus recetas y también, con la dulzura que la caracteriza, llega a nuestra mesa. 
( Ximena Sáenz )

El trabajo con constelaciones familiares es una invitación a mirar con otros ojos, ampliando nuestra conciencia sobre quiénes somos. Hijos de nuestros padres, que a su vez son hijos de los suyos, y así poder reconocer que en nosotros viven eternamente todos ellos. Negar que somos fruto de todas esas historias de amor (muchas veces desordenadas) nos enceguece. Reconocerlo nos amplía la mirada y nos ensancha el corazón. Y el alma lo celebra. ¿Cómo? Abriéndonos paso a lo nuevo.

Un diálogo inteligente, lleno de humor y metáforas, entre Albertina y su papá para descifrar eso que nos hace a todos tan únicos y especiales.