Federación Juvenil Comunista

Una letra familiar

Esa escuela era sombría. Cuando me senté contra la puerta en el banquito verde yo ya sabía leer, y escribir apenas, pero ahora que encontré eso de sombría puedo decir que esa escuela era así, ese grado era sombrío; las parades altas y los techos, todo pintado al aceite de un gris y un amarillo caca. Sombrío, esa es la palabra.

 

Desde las entradas de un diario íntimo los recuerdos de la infancia se despliega una historia de fragmentos hilvanados a partir de la mirada inocente pero precisa –nunca ingenua– de una niña que abriga el deseo de escribir. 

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