martha ferro

Por el camino de Newark// MARTHA FERRO

Alguna vez retraté a Martha como la “mina” que quería componer: la detective unisex, el sobretodo subido hasta las orejas, que interroga a una rubia sospechosa con un vaso de ginebra en la mano, mientras relojea la puerta del bar, por si asoma el traje de civil de la yuta. En Nueva York ella y sus amigos fueron a buscar a Allen Ginsberg, se volvieron queer antes de tiempo, y se salvaron la vida todos los días, en una época donde nadie hablaba de cuidados ni de relaciones sexo-afectivas.A ella se le pegó la música hipnótica de Allen – un acordeón monotemático que marcaba el ritmo i

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