locutora

Evita

Autora: Raquel Olguín

Ilustraciones: Alejandra Lago

Evita tenía una costumbre apasionada. Se trepaba a los árboles y, desde allí, veía sus sueños. Luego, uno a uno los guardaba en una caja y guardaba esa caja en el medio de su pecho. Ella sabía que un día la abriría para que los sueños brotaran hechos realidad. Y así fue nomás. Y tanto le gustaban los árboles que eligió uno de la Plaza de Mayo para vivir. Y la historia argentina cambió para siempre.

Novedades en Editoriales Libro%

La vida, la novela y el amor

La novela es un amor a primera vista entre algo que nos llamó la atención hace dos...

Tiempo de hablar y escuchar

La palabra nace antes que nosotros. Nos antecede y nos acompaña, pero no basta con...

Una película es todo el cine

Los amantes, dice John Berger, plantean una tregua frente al dolor del mundo....

Raúl

Abrir la puerta para salir a jugar. ¿Se acuerdan de cuando éramos chicos? Hacerse...