La punta de la lengua

La punta de la lengua (Gabriel Martino)

Abrimos con cuidado los relicarios, el viento podría arrogarse los fantasmas que
ríen adentro.
La punta de la lengua es una caja, un trampolín, un artefacto.
El agua, las chicharras, la cola de carpintero: uno a uno irán surgiendo los
fragmentos del azulejo partido de la memoria.
Los muñecos de los abuelos representarán una y otra vez la misma pantomima
falseada por la repetición y los sueños.
Y el lector recompondrá a su manera el rastro de algunos perfumes, el vuelo de

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